domingo, abril 30

 

Que buena niñez

Hace poco me llegó un correo con el que me sentí bastante identificada. No era la típica cadena milagrosa que promete amor en 5 minutos si reenviamos el correo a 1000 personas, si no que en onda reflexiva.
Aquí va, (en una de esas también les roba una sonrisa al sentir que es como si alguien estuviera contando nuestra propia niñez)

A LAS PERSONAS QUE NACIERON ANTES DE 1986
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir
. Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando...

Teníamos que reposar dos horas el almuerzo para no acalambrarnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión en la misa, es difícil creer que estemos vivos:

Nosotros viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un Fiat600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas, armarios o frascos de remedios con tapa aprueba de niños.

Andábamos en bicicleta sin casco, nos sacábamos la chucha y nos rompíamos las rodillas y las manos, y nuestros amigos se cagaban de la risa y ninguno se traumó.

Los columpios eran de metal, con esquinas en punta y jugábamos a ver quien era el más bestia tratando de dar la vuelta completa, hazaña imposible en la que más de alguno fue hospitalizado por un TEC cerrado...

Pasábamos horas construyendo carretones para bajar por las cuestas y sólo cuando estábamos frente a un choque inminente descubríamos que habíamos olvidado los frenos.

Jugábamos al "palo mayor" al "caballito de bronce" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos.
No había celulares, ni siquiera todos teníamos teléfono.

Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con povidona yodada y unos puntos.
Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.

Comíamos dulces y bebíamos jugos yupi, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo lo era y punto.

Compartimos botellas de bebidas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

Nos poníamos de acuerdo con los amigos y salíamos. O ni siquiera nos poníamos de acuerdo, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos al "Pillarse", a las "escondidas"(entre ellas su variante Escondida China... si te acuerdas eres un cochinon jejejeje) a las bolitas, o simplemente hacíamos maldades.
¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable!
¿Cómo lo conseguimos?

Hicimos juegos con palos, perdimos mil pelotas de fútbol. Bebíamos agua directamente de la llave, sin embotellar, y algunos incluso chupaban la llave. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la escopeta de perdigones", o con "poroteras" antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!!

En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.

Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso.... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!

Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar de factor 40, sin flotadores ni clases de natación, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón.

Molestábamos a las niñas persiguiéndolas para tocarles el culo, y las niñas mandando cartas de amor a los niños con esquelas de frutillita o de los cariñositos.
Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. No te extrañe que ahora los niños salgan "AWEONAOS".

Si tú eres de los de antes... Felicidades!!! Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños...

jueves, abril 27

 

Congreso...¿cual congreso?...Vacaciones!!


Ya se esta organizando el COLEIC en Venezuela. En Islas Margaritas.

Mi plan es el siguiente: participar en las actividades que se estan desarrollando en Obras Civiles para reunir dinero de manera de amortiguar el costo del viaje, comprarme todas las guias turisticas de las Islas que encuentre para organizarme y hacerme yo misma un buen tour, llegar alla con mis compañeros, (por supuesto diciendole a todo el mundo que estoy muy interesada en participar del congreso), y desaparecer.

Disfrutar, conocer... "arena y sol, el mar azul...jajaja". O sea, no creo que sea la unica con esa intensión, imaginate estar en Islas margaritas en un resort y andar metida en charlas, una tras otra. Que lata. El año pasado cuando fui al congreso que se hizo en Concepción me quede dormida en cada charla, en el hombro de algun compañero gentil, y nunca escuche a un expositor completo, (después la patua se iba a sacar fotos con cara de poto y el terno de mis compañeros marcado en la cara).

Y el carrete, pa que decirlo, nunca habia estado en una disco rellena de gente, en donde un 85% eran hombres y un 15% minas. Era tanto el carrete que hasta me aburri de tanto bailar y reirme y me taime porque mis amigos no se querian ir y yo no me podia ir sola. A las 6 de la mañana recien saliamos del local yo echa una furia y ellos queriendo continuar el carrete en otro lado. Igual me fueron a dejar al lugar donde nos quedabamos y se fueron a buscar algun lugar abierto para seguir bebiendo...

Al final, cada día fueron menos los que llegaban a las charlas de la mañana y yo le perdi el sentido al congreso; una porque estaba mal organizado y otra porque me di cuenta que era puro carrete, (lo que es bueno pero con ciertos limites).

Aparte que no sabia ni donde estaba parada en Conce, (además que lo encontre re feo), así que no conoci mucho tampoco. Por eso esta vez ire preparada. Hasta con el traje de baño en la maleta. No todos los dias se esta en Islas Margaritas en un resourt a precio de congreso... sin estar en el congreso jijiji.

lunes, abril 24

 

My Business. La profe


Desde hace dos o tal vez 3 años que estoy haciendo clases de matemática. Is my business. He tenido de todo tipo de alumnos, gente de edad, niños aprendiendo a sumar (eso lo detesto), universitarios (usualmente de privadas porque la materia es siempre más fácil o de institutos), etc. Los primeros los conseguí de la manera más prehistórica, pegando avisos, en su mayoría rotos por los mismos niños de colegios, pensando en que ojala a su mamá nunca se le ocurriera contratarme.

Entre mis alumnos más emblemáticos esta el Aldo, que vive cerca de mi casa. Cuando empecé a hacerle clases su promedio era rojo, un desastre, tenia que enseñarle funciones y no sabia ni despejar una ecuación de segundo grado, y lo más malo, fue que la mama me llamo antes de la prueba. O sea, nada que hacer más que empezar con lo básico, (por lo menos que tuviera el recorrido y dominio buenos po’). La mamá me preguntó que opinaba de lo que su hijo sabía y no tuve más que decirle la verdad; que Aldo necesitaba muchas clases, que no sabia ni trabajar bien una tabla de datos. Todo esto sin afán de que me contratara de manera permanente, era simplemente, la pura y santa verdad. El punto es que tomo mi consejo y me contrato dos veces por semana una hora. No es mucho, pero sirvió para que el Aldo se diera cuenta de que su profe del colegio veía todo el año la misma materia y que si el la practicaba iba a conseguir buenas notas con facilidad. Así fue. Paso de tener promedio rojo a alcanzar un promedio 50, y su siguiente año escolar, alcanzo promedio 65. Me sirvió a mi de paso para darme cuenta de la diferencia hay entre un colegio municipal desconocido con uno municipal conocido (Liceo I, inst. nacional, etc), o con uno particular.
Al final, dejo de llamarme. Ya no era necesario.

También conocí a un niño que se llamaba Sebastián, estudiaba algo con computación en el Duoc y venia a mi casa cada sábado. Fue y seguirá siendo el alumno más comprometido y empeñoso que he tenido. Al final la hora que me pagaba se transformaba en 1 hora y media o a veces más. Hasta mi familia lo estimaba, es que nos traspaso a todos sus ganas de aprender, y al final, fue como estar enseñándole a un primo. Mi mamá al tiempo después se lo encontró en el supermercado. Él no la reconoció, pero ella llego contando que había visto al Sebastián y que estaba más alto y más guapo… Al final, ella también lo termino viendo como a un sobrino.

Rodrigo, es el típico niño de padres que trabajan. Nadie lo supervisa. La nana con suerte lo hacia comer, así que sus papas decidieron contratar a alguien lo ayudara para que por lo menos estudiara algo. Con él termine siendo profesora de historia, de castellano, de música y de todo lo que viniera. Me aprendí ríos y lagos de todo Chile, repase el sujeto y predicado de una oración y hasta tuve que calcar mapas. Pasamos varias etapas juntos. Paso de ser un niño un año, a un hombre con cadenas colgadas al pantalón el año siguiente, con voz diferente y hasta con polola. Era chistoso cuando en la tarde lo llamaban sus amigos para invitarlo a salir y el les decía con cara de lateado, “es que no puedo, estoy con mi profesora” …” si, es que mi mamá me contrato una profesora”… Todavía cuando nos encontramos me dice “hola tía”.

Tampoco falto la familia que me cago con plata. Fue la familia del Gonzalo, un niño re simpático, nos reíamos harto juntos. Pero paso que me pagaron quincenal unas dos veces y a la tercera chao. No me contestaron nunca más el teléfono y cuando fui a la casa no salio nadie. No se cambiaron de barrio porque el mismo perro me ladraba desde adentro las dos veces que fui a cobrar, pero al final desistí y perdí las primeras 15 lukas ganadas con el sudor de mi frente.

Ahora le hago clases a Felipe, un niño con más cuentos que mi abuela. Él siempre tiene una excusa. Es como medio mentirosillo, pero me agrada ese trato igualitario que me da, me cuenta de sus carretes, de que la mama lo tiene castigado, de sus clases de natación y me mantiene con plata semanal porque me paga por clase y vive a dos cuadras de mi casa.
Esta también la Ariela, que es mi prima, pero de esas primas lejanas que uno no ve nunca, así que como es casi una extraña y como su papá, mi tío lejano, quería clases permanentes, opte por cobrarle de todas maneras, pero menos que lo que usualmente cobro. Debería cobrarle el doble, porque es la alumna menos dedicada y que más trabajo me da. No se sabe ni las tablas. Y no se interesa tampoco por saberlas. Aprende algo hoy y se le olvida cuando llega a la casa. No esta comprometida.
Y por ultimo, mis alumnos de Cerrillos, la Cata y el Rodri, que también les hice clases el año pasado. Los papas quedaron encantados porque Rodrigo subió sus notas, (usualmente todos mis alumnos lo hacen), así que de nuevo este año nos juntamos dos veces a la semana dos horas. La cata se maneja bastante bien con las matemáticas, así que mi trabajo con ella consiste en aconsejarla y enseñarle uno que otro truco que después ella distribuye entre sus amigas. Con Rodri la tarea es más pesada, es deportista innato, y se me imagina que siempre esta pensando en otras cosas. Por lo menos ha cambiado su actitud lo suficiente como para mantener su cuaderno de matemática completo. Dice que ahora entiende cuando el profesor habla, y yo creo que eso lo incentiva a copiar los ejercicios. Supongo que antes era inútil copiarlos, si nunca los iba a hacer.

Lo malo de este trabajo, es que si lo haces muy bien, la gente deja de llamarte. de todas maneras me gusta hacer clases, siempre que note que la persona esta interesada y que no hago el loco. Incluso pense en ser profesora. Parece que es de familia, porque mis hermanas estudian pegagogías (en diferentes areas)... pero gano Ingenieria... y todavia o sé que razón me di.

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