Historias de una princesa

Cuando estaba en séptimo básico estaba, como siempre estoy, muy enamorada. Era un niño guapisimo, ojos de color, tez blanca, cabello oscuro. Se llamaba y obviamente se sigue llamando, Jorge (solo coincidencias con mi compañero de la U).

Este lindo niño fue mi primer amor sufrido, me gustaba ene y él tenia otra onda, no me pescaba nada. Nunca conversamos mucho, porque yo no podía mantener una conversación fluida con él, las palabras no me salían y a cambio, me ponía roja roja. No podía mirarlo a los ojos, y las mariposas en mi guatita eran demasiadas…

En eso estaba mi amor por él cuando entramos a clases ese año, pasaron los días con normalidad hasta que un día cualquiera me encuentro de frente con una niña nueva de cuarto medio y el corazón me dio un giro y parecía que estuviera en un ascensor bajando a mil. Me asuste y me fui rápido. No podía creerlo, esa niña era idéntica a mi Jorgito amado. Iguales, ero ella con pelo largo y tez morena.

Cada vez que me cruzaba con esa niña se me revolvía la guata, la evitaba. Me empecé a cuestionar varias cosas, pensé que tal vez ella me gustaba y me asuste al pensar que alomejor yo era lesbiana…

¡¡Oh my god!!... lesbiana….ni sabia bien que era eso a los 13 años, (antes las niñitas éramos más inocentonas… ahora hay píldora del día después pa’ las de 14). No sabia a quien preguntárselo, necesitaba un consejo… a mi mamá, imposible, como decirle “mami, parece que me gusta una niña”….se desmaya, se muere ahí mismo. Amigas tampoco, no fuera que se asustaran y me dejaran sola… así que solo lo consulte conmigo misma y no me sirvió de mucho que digamos.

Me conforme con la explicación de que el parecido con ese niño que me gustaba tanto era realmente increíble y que a eso se debía mi supuesta atracción por la niña nueva… después paso el tiempo y se me empezó a olvidar, me acostumbre a verla y al parecido. Y como seguia sintiendo las mariposas gigantonas en mi guatita cuando veía a Jorge deje de preocuparme y supere el tema.

Termino el año y la niña se graduó. Nunca más la vi (menos mal!!) y después con los años Jorge dejo de gustarme y me empezaron a gustar miles de otros niños. Me enamoro cada día en el metro, en la calle, en todos lados….y de hombres….jajaja.