jueves, enero 5

 

Buen año viejo...


Me pongo a pensar, y hago un recuento de este año. Definitivamente un año diferente. Lo empecé trabajando por primera vez, (todo un acontecimiento). Lo más complicado fueron las tardes, después de almorzar, cuando el sueño me invadía, y eso de no poder quedarse en la cama por las mañanas era terrible. Yo pensé que me iba a costar un poco más adaptarme, tenía miedo de no encajar, de no lograr integrarme al grupo de trabajo. Tuve suerte de tener un compañero de práctica muy simpático, Johans, que me hizo el camino más fácil. Sin darme cuenta, ya era parte de todo. Fue una experiencia muy grata y enriquecedora, aprendí que las cosas cuestan, y que para que los demás te tomen en cuenta, tienes que demostrar día a día que puedes ser mejor y que lo que no sabes, puedes aprenderlo en un segundo, porque todas las cosas eran para “ayer”.

También este año por primera vez salí del país y además viaje en avión. Fuí a Argentina con unos compañeros. Estuve un poco más de una semana, pero no me puse sacar de la cabeza a un nuevo amor que deje en santiago y me vine antes que mis amigos. No fue fácil convencer a mi papá de que me mandara un pasaje para volver, pero yo creo que se le rompió el corazón, de tener a una hija llorando por el teléfono a cientos de kilómetros de distancia. Y me mandó un pasaje, y así, gracias a los deseos por ver a esa personita que me revolvía la guata, y gracias a mis papas por consentirme, viaje en avión por primera vez. Parecía huasita fotografiando el cielo, y me impresionó muchísimo comprobar lo delgado que es mi país.

También, este año, mi vida amorosa se vio muy cambiada. Desde hacia 5 años atrás, compartía mi vida con la misma persona, pero el 2005 lo inicie sola, lo que parecia un desafío, dada mi natural condición a estar acompañada. Este año me sirvió para aprender, que no solamente de amor se puede vivir, es decir, que no basta con estar enamorada (…y que no debo acortar mis vacaciones por un amor). Hay un punto que me da vueltas en la cabeza, y es si hay que detener las cosas antes de sufrir o dejar que ocurran. Si yo lo hubiera hecho, me hubiera ahorrado tantas lagrimas y malos ratos, pero a la vez no tendría tampoco los preciosos recuerdos que guardo hoy…

En la universidad fue un año exitoso, en el sentido que pasé todos mis ramos, y aunque como siempre caí en el tema de “no se si me gusta lo que estudio”, de todas maneras lo hice bien, o relativamente bien, y estoy cerquita del final, si este año que se inicia paso todos mis ramos, seré en diciembre, (o en enero si hay un nuevo paro en la U), una egresada por fin.

Otra de las cosas importantes es que recupere a algunas amigas del colegio, justo a tiempo para escuchar mis penas, y para yo escuchar las suyas, mi amiga Karen fue mamá, ella fue mi amiga y compañera de banco varios años, y es extraño escucharla decir “mi marido”, cuando habla justamente de su esposo, y ver como le habla al Lukitas en ese tono que las mamas usan con sus hijos. Y la Elia, con la misma edad, un polo opuesto, recuperándose de un mal pololeo, pensando en que tiene que buscar trabajo mientras toma sol en la piscina del gimnasio.

Me imagino que este año que se inicia, será un poco más estable, de partida no pienso trabajar, porque si egreso a final de año, comenzaré mi vida laboral para toda mi vida, así que ahora voy a flojear todo el verano, sin plata, pero filo. Espero que aprovechemos de bautizar a la Trini, mi pequeña prima, de la que yo soy la flameante madrina. Y espero también que las pastillas funcionen todo el año y no dar ninguna sorpresa a la familia.

Quiero que sea un buen año… y lo mejor de todo, es que eso, depende de mi.

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