martes, diciembre 27

 

The family's karaoke



La adicción al karaoke llegó a mi hogar. Llegó silenciosamente en un CD que trajo el pelao, el pololo de mi hermana, junto con un micrófono. Comenzó tímidamente con la Daniela y la Michelle, y agarró vuelo con mis primos (definitivamente artistas). Mi papá se compró dos discos, “lo mejor de Myriam Hernández" y uno con canciones bailables, y mi Cesar, el mayor fans de karaoke que conozco, completo la parrilla con 5 discos más Yo me había hecho la lesa, no había pescado, más que nada por una cuestión de pánico escénico, ya que canto tan mal, que mi familia esperaba mi debut con ansia. Yo era como el plato de fondo. Hasta que pasó. Fue en navidad, sin querer llegué al micrófono, busque una canción y empecé cantando bajito, mientras todos hacían algo. Seguí un poco más fuerte hasta que me decidí, coloque a Myriam Hernández… después de la segunda canción ya se me habían quitado las ganas hasta de ir a ducharme, en la tercera canción ya tenia como coro a la Michelle, y en no sé cual ya me sentía toda una artista, “el hombre que yo amo, sabe que lo amo, me toma en sus brazos y lo olvido todo”…jajaja. Pobres vecinos.

Comments:
hoo si salen los artistas ke no conocias
hooo aveces no tan artistas pero tienen angel

iiia
saludos
 
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